COMENTARIOS DE LA SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI

COMENTARIOS DE LA SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE SANTÍSIMOS DE CRISTO

Comentario inicial

Hoy la Iglesia proclama con gozo y certeza su fe en el misterio admirable del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. La Eucaristía es el centro de la vida cristiana, el sacramento por excelencia donde Cristo mismo, verdadero Dios y verdadero hombre, se hace realmente presente, se entrega, y permanece entre nosotros.

Celebrar esta solemnidad es afirmar con claridad que la salvación nos viene por un amor que no se limita a palabras, sino que se hace alimento, se parte y se reparte para darnos vida. Nos reunimos, por tanto, con profundo sentido de adoración, sabiendo que esta Misa no es sólo un rito, sino el encuentro real con Aquel que nos amó hasta el extremo.

Participemos con espíritu de fe, con alma agradecida y con todo el corazón dispuesto a dejarnos transformar por el sacramento del Amor.

Comentario a las lecturas

Las lecturas de esta solemnidad nos conducen al corazón del misterio eucarístico, presencia real de Cristo que se ofrece por amor.

En la primera lectura aparece Melquisedec, sacerdote del Dios Altísimo, que ofrece pan y vino, anticipando lo que en Cristo será plenitud.

La segunda lectura nos recuerda las palabras de Jesús en la Última Cena, cuando se entrega a sí mismo como pan y vino para nuestra salvación, y nos confía el mandato de hacer lo mismo en su memoria.

En el Evangelio, Jesús no solo enseña y cura, sino que también alimenta: multiplica el pan para una multitud hambrienta, prefigurando la esencia de la Eucaristía: un banquete del cual todos pueden comer. Dispongamos el corazón para acoger con fe esta palabra, que nos invita a creer, a dar gracias y a vivir en comunión.

Oración de fieles

Presidente:

Hermanos, al celebrar con fe el misterio del Cuerpo y la Sangre del Señor, elevemos nuestras súplicas a Dios Padre, confiando en su amor fiel y providente.

R// Jesús Eucaristía, escúchanos.

1.        Por la Iglesia, para que, alimentada en cada Eucaristía, viva en comunión con Cristo y sea signo visible de unidad y esperanza en medio del mundo. Pidamos al Señor.

2.        Por el Papa, los obispos y todos los ministros ordenados, para que, fortalecidos por el Sacramento que celebran, guíen con sabiduría al pueblo de Dios. Pidamos al Señor.

3.        Por los gobernantes y responsables de las naciones, especialmente en este Jubileo que les está dedicado, para que reconozcan su autoridad como servicio, y promuevan el bien común, la justicia y la paz. Pidamos al Señor.

4.        Por quienes sufren hambre, soledad o abandono, para que encuentren en nuestra caridad fraterna el reflejo del amor que Cristo nos da en la Eucaristía. Pidamos al Señor.

5.        Por todos nosotros, llamados a participar del banquete eucarístico, para que esta celebración nos renueve interiormente y nos haga testigos del amor que no pasa. Pidamos al Señor.

Presidente:

Escucha, Padre, las oraciones de tu Iglesia reunida en torno al altar, y haz que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, vivamos siempre en fidelidad a tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.