COMENTARIOS DE LA XV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

COMENTARIO INICIAL

Hermanos y hermanas, al iniciar esta santa Eucaristía, elevamos nuestro corazón a Dios, agradecidos por su presencia constante en nuestra vida. Cada domingo es una oportunidad para renovar nuestra fe y fortalecer el vínculo que nos une como comunidad creyente. Dispongámonos con reverencia y recogimiento, sabiendo que en esta celebración el Señor mismo sale a nuestro encuentro para darnos su gracia y su paz.

COMENTARIO A LAS LECTURAS

En este domingo, la Palabra de Dios nos invita a abrir el corazón con atención y disponibilidad, pues el Señor nos habla al oído, con cercanía y claridad. En la primera lectura se nos asegura que su voluntad está al alcance del corazón humano. Por otra parte, en la segunda lectura, San Pablo nos presenta a Cristo como el centro de toda la creación y de nuestra fe. El Evangelio nos interpela profundamente: ser prójimo no es una teoría, sino un modo de vivir. Acojamos con amor y esperanza lo que Dios nos quiere comunicar hoy.

ORACIÓN DE FIELES

Presidente: Hermanos, con la confianza de sabernos hijos amados, presentemos nuestras súplicas al Dios de la vida, que siempre escucha el clamor de su pueblo.

1. Por la Iglesia, para que, más allá de discursos, sea testigo viva de compasión y cercanía con quienes más sufren. Roguemos al Señor.

2. Por el Papa León XIV, para que el Espíritu Santo lo sostenga en su servicio, le conceda sabiduría en las decisiones y fuerza en el corazón. Roguemos al Señor.

3. Por quienes gobiernan las naciones, para que escuchen el clamor silencioso de los más olvidados y trabajen por caminos de justicia y paz. Roguemos al Señor.

4. Por los que hoy se sienten heridos, descartados o solos, para que encuentren manos que no pasen de largo, sino que los levanten con amor. Roguemos al Señor.

5. Por nuestra comunidad, para que no se conforme con “mirar de lejos”, sino que se acerque, se comprometa y viva una fe que se nota.Roguemos al Señor.

Presidente: Escucha, Padre bueno, estas peticiones que nacen del deseo sincero de vivir según tu Palabra. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.