DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA
COMENTARIO INICIAL
Hermanos
y hermanas, hoy es el Domingo de la Divina Misericordia, y nos reunimos como
comunidad creyente para acoger, una vez más, ese amor inmenso de Dios que no se
cansa de salir a nuestro encuentro. Este domingo llega en un momento
particular: acabamos de despedir al Papa Francisco, un pastor que nos enseñó
con gestos sencillos que la bondad y misericordia de Dios está siempre
disponible; su partida deja un vacío, pero también una tarea: acercarnos a los
demás como él lo hizo, con compasión y verdad.
Hablar
de misericordia no es evadir la realidad ni maquillar el dolor, pues es mirar
la vida con los ojos de Dios, que no abandona, que comprende, que sana. Dejemos
que esta Eucaristía nos permita experimentar esa misericordia que estamos
llamados a vivir. Porque cuando el corazón se deja tocar, las palabras sobran y
las acciones hablan por sí solas.
COMENTARIO A LAS LECTURAS
Hoy,
en la lectura de los Hechos, escuchamos cómo la fe de los primeros cristianos
crecía no solo por los milagros, sino por la autenticidad con la que vivían su
relación con Dios. La gente veía en ellos un testimonio sincero de amor y
servicio. En el salmo, se nos recuerda que la misericordia de Dios es eterna y
se manifiesta a lo largo de la historia, incluso en los momentos difíciles. En
el Evangelio, veremos a Jesús resucitado darnos su paz y el Espíritu Santo,
mostrándonos el camino de la reconciliación y el perdón. Al escuchar estas
lecturas, se nos invita a abrir el corazón para acoger la misericordia divina y
vivirla en nuestras vidas.
ORACIÓN DE FIELES
Presidente: Hermanos,
en este Segundo Domingo de Pascua, Día de la Divina Misericordia, acudimos con
confianza al Señor que, resucitado de entre los muertos, nos llena de paz y
misericordia. Presentemos nuestras súplicas a Dios, confiando en su amor y en
su voluntad.
R//
Por tu misericordia, escúchanos, Señor.
- Por la Iglesia, para que siga siendo signo vivo de la misericordia de Dios, anunciando con valentía la resurrección de Cristo, roguemos al Señor.
- Por todos los líderes políticos y sociales, para que trabajen con sabiduría por la paz, la justicia y el bienestar de todos, roguemos al Señor.
- Por los enfermos, los que sufren y los que están solos, para que experimenten la cercanía y la sanación de la misericordia de Dios, roguemos al Señor.
- Por el Papa Francisco, quien fue llamado a la presencia del Señor, y por todos los difuntos, para que, por la misericordia de Dios, descansen en paz y vivan para siempre en su presencia, roguemos al Señor.
- Por nosotros, aquí reunidos, para que el Espíritu Santo nos impulse a vivir con generosidad el perdón y el amor, reflejando la misericordia de Dios en nuestras vidas, roguemos al Señor.
Presidente:
Te pedimos, Señor,
que escuches nuestras súplicas y nos concedas lo que es conforme a tu voluntad.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Por www.smsantiagoapostol.com
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