COMENTARIOS DEL DOMINGO 1° DE ADVIENTO

COMENTARIO INICIAL

Hermanos y hermanas, hoy comenzamos el Adviento, un tiempo para despertar el corazón y disponernos al encuentro con Aquel que viene. La Iglesia nos invita a vivir estos días con un deseo más vivo de Dios, con atención al paso discreto del Señor en lo cotidiano, y con esperanza firme en su promesa. Abramos el espíritu a este camino que inicia, para que la celebración avive nuestra espera y renueve en nosotros la alegría de sabernos visitados por Cristo.

COMENTARIO A LAS LECTURAS

En este primer domingo se nos regala una Palabra que despierta el deseo de caminar hacia Dios con corazón disponible. En la primera lectura, se nos muestra un horizonte de paz donde las naciones avanzan hacia Dios y descubren que su luz puede orientar cada paso. En la segunda lectura, el apóstol invita a despertar, a reconocer que el momento presente pide decisiones nuevas, impulsadas por la claridad que viene de Cristo. En el Evangelio, Jesús llama a mantener una vigilancia que nace del amor, una atención que permite acoger su presencia cuando llega a nuestra vida de manera silenciosa. Escuchemos con fe.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Hermanos y hermanas, al iniciar el Adviento elevemos nuestra súplica confiada al Señor que viene a salvarnos y desea encontrar en nosotros un corazón abierto; presentemos nuestras intenciones con esperanza.

R/. Escúchanos, Señor.

1. Por la Iglesia, para que viva este Adviento con espíritu de conversión, caminando a la luz del Señor y acompañando a todos con misericordia. Roguemos al Señor.

2. Por los pueblos y sus gobernantes, para que busquen caminos de reconciliación, justicia y paz, y sus decisiones promuevan la dignidad de cada persona. Roguemos al Señor.

3. Por quienes viven cansados, enfermos o heridos en el corazón, para que encuentren consuelo en la cercanía de Dios y reciban ayuda oportuna de nuestras comunidades. Roguemos al Señor.

4. Por nosotros, reunidos al inicio de este Adviento, para que el Señor despierte nuestra fe, fortalezca nuestra vigilancia interior y renueve el deseo de seguirlo cada día. Roguemos al Señor.

Presidente: Padre bueno, tu Hijo viene a visitarnos con su luz, por eso, atiende nuestras oraciones y haz que este Adviento despierte en nosotros una esperanza más firme. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.