COMENTARIOS DEL DOMINGO 34° DEL TIEMPO ORDINARIO (JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO)

 

COMENTARIO INICIAL

Hermanos y hermanas, celebramos hoy a Cristo Rey del Universo, culmen del camino litúrgico que hemos recorrido durante todo el año. La Iglesia contempla a Jesús como Rey cuya grandeza se manifiesta en entrega, cercanía y misericordia. Al iniciar esta Eucaristía, abramos el corazón para dejar que su señorío transforme nuestras decisiones y relacione cada paso con el amor que nos ofrece. 

COMENTARIO A LAS LECTURAS

Queridos hermanos y hermanas, en la primera lectura veremos cómo Israel reconoce a David como rey y pastor, imagen que prepara nuestro corazón para contemplar el reinado auténtico que Dios ofrece a su pueblo. En la segunda lectura, san Pablo nos presenta la grandeza de Cristo. En el Evangelio escucharemos a Jesús en la cruz, revelando su verdadera realeza al abrir las puertas del paraíso al que se acoge a él con fe. Abramos el oído interior a esta palabra que salva y renueva.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Hermanos y hermanas, elevados por la certeza de que Cristo Rey guía a su Iglesia con verdad y misericordia, presentemos confiadamente nuestras súplicas, seguros de que su amor sostiene a quienes se acercan a Él.

R// Escúchanos, Señor.

1. Por la Iglesia, para que viva cada día con la mirada puesta en Cristo, Rey humilde y cercano, y sea signo de esperanza en medio del mundo. Roguemos al Señor.
   
2. Por quienes ejercen autoridad, para que busquen el bien común, promuevan la justicia y favorezcan caminos de paz que dignifiquen a cada persona. Roguemos al Señor.
   
3. Por los que sufren, especialmente por quienes cargan enfermedades, heridas interiores o soledad, para que encuentren consuelo en la presencia de Cristo que acompaña cada dolor. Roguemos al Señor.
   
4. Por nuestra comunidad, para que viva unida, actuando con generosidad y misericordia, y permita que el Reino de Dios tome forma en cada gesto cotidiano.
   Roguemos al Señor.
   

Presidente: Dios y Padre de bondad, mira a tu pueblo que confía en tu Hijo Jesucristo, Rey del universo. Atiende nuestras súplicas y derrama tu gracia para que avancemos con fidelidad hacia la plenitud de su Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.