COMENTARIOS DEL DOMINGO 33° DEL TIEMPO ORDINARIO (JUBILEO Y JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES)

 

COMENTARIO INICIAL

Hermanos y hermanas, en este domingo 33 del Tiempo Ordinario, la Iglesia nos invita a unir el corazón en la celebración del Jubileo y de la Jornada Mundial de los Pobres. La Palabra que recibiremos ilumina nuestros pasos y fortalece el deseo de servir con alegría a cada hermano que enfrenta dificultades. Permitamos que esta Eucaristía renueve nuestra fe, inspire actos concretos de misericordia y nos haga caminar juntos, reconociendo en cada persona necesitada el rostro del Señor. Iniciemos con fe.

COMENTARIO A LAS LECTURAS

Las lecturas de hoy recuerdan que Dios actúa en la historia y guía a su pueblo con firmeza. En la primera lectura, Malaquías anuncia que el Señor trae luz y alivio a quienes mantienen el corazón abierto a Él. El salmo invita a alegrarnos, porque Dios llega para conducir a todos con rectitud. San Pablo, en la segunda lectura, enseña que la fe se vive con responsabilidad, trabajo, y apoyo mutuo. En el Evangelio, Jesús habla de tiempos de confusión y prueba. Aun así, invita a permanecer firmes y a dar testimonio con paz. Él sostiene a sus discípulos y promete que la perseverancia conduce a la verdadera vida. Escuchemos con alegría y atención esta Palabra de salvación.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Presidente: Confiados en el amor del Señor que sostiene a su pueblo, presentemos nuestras súplicas con fe y humildad.

R// Escúchanos, Señor.

1. Por el Papa León XIV, los obispos, los sacerdotes y diáconos, para que el Espíritu Santo los fortalezca y los haga sembradores de consuelo y esperanza en el mundo. Roguemos al Señor.
2. Por los gobernantes de nuestra nación y de todos los pueblos, para que actúen con rectitud, busquen el bien común y promuevan caminos de paz. Roguemos al Señor.
3. Por los pobres, para que reciban atención justa, oportunidades que dignifiquen su vida y la cercanía fraterna de la comunidad cristiana. Roguemos al Señor
4. Por nuestra comunidad parroquial, tan generosa en el servicio y la solidaridad, para que el Señor la sostenga y nunca le falte lo necesario, de modo que pueda seguir ayudando a quienes más lo necesitan. Roguemos al Señor.

Presidente: Padre bueno, acoge nuestras oraciones y derrama tu gracia sobre tu pueblo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.