COMENTARIOS DEL DOMINGO 2 DE FEBRERO, FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
COMENTARIO INICIAL:
Hermanos y hermanas, hoy nos reunimos para celebrar la Fiesta de la Presentación del Señor, recordando el momento en que Jesús fue llevado al Templo, cumpliendo la Ley de Moisés y manifestándose como luz para todas las naciones. En este día, la Iglesia también celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, dando gracias a Dios por quienes han entregado su vida a Él en el servicio del Reino. Pidamos al Señor que nos conceda corazones dispuestos a reconocer su luz y seguir su llamada con fidelidad, para que "no dejemos de correr al encuentro con Él".
COMENTARIO PARA LAS LECTURAS
La liturgia de hoy nos invita a abrir el corazón a la luz de Dios que viene a nuestro encuentro. En las lecturas, contemplamos cómo el Señor se manifiesta y transforma la vida de quienes lo acogen con fe. Escuchemos con disposición, permitiendo que su Palabra renueve nuestra esperanza y nos impulse a seguir su llamado con fidelidad.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Presidente: Reconociendo en Cristo la salvación que Dios nos ha dado, presentemos nuestras súplicas confiadas al Padre:
- Por la Iglesia, para que guiada por el Espíritu Santo continúe siendo luz en medio del mundo y testigo fiel del Evangelio. Roguemos al Señor.
- Por el Papa, los obispos y todos los pastores de la Iglesia, para que, al igual que Simeón y Ana, reconozcan y proclamen la presencia de Cristo en la humanidad. Roguemos al Señor.
- Por todos los consagrados y consagradas, para que sean signos visibles del amor de Dios y testigos de su Reino en medio de nuestra sociedad. Roguemos al Señor.
- Por las familias cristianas, para que sean escuelas de fe donde se fomenten las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa. Roguemos al Señor.
- Por los ancianos y los enfermos, especialmente aquellos que esperan en el Señor con paciencia y fe, para que encuentren consuelo en su amor. Roguemos al Señor.
- Por nosotros, reunidos en esta celebración, para que dejemos que la luz de Cristo transforme nuestras vidas y nos haga testigos de su presencia en el mundo. Roguemos al Señor.
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