COMENTARIO INICIAL
Queridos hermanos y hermanas, hoy nos reunimos para celebrar el Domingo, día del Señor; este encuentro nos recuerda que no caminamos solos, sino como comunidad que se alimenta de la mesa de Cristo, expresada en la Palabra y en su Cuerpo y Sangre; venimos con nuestras alegrías y también con nuestras preocupaciones, pero conscientes de que aquí encontramos la fuerza para seguir adelante en la vida de cada día: el trabajo, la familia y en nuestros compromisos. Dispongamos el corazón para vivir con alegría esta celebración que nos une y nos renueva en la fe.
COMENTARIO A LAS LECTURAS
En este domingo, la Palabra nos hablará de la humildad como un camino que nos acerca a Dios y nos une más como hermanos. El libro del Eclesiástico invita a vivir con sencillez; la carta a los Hebreos nos recuerda que, por Jesús, nos acercamos a la verdadera asamblea de la fe; y el Evangelio nos mostrará que quien se hace pequeño es grande a los ojos del Señor. Escuchemos con atención, porque esta Palabra tiene la fuerza de transformar nuestra vida.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Presidente: Hermanos y hermanas, con corazón humilde y confiado, presentemos nuestras súplicas al Señor, que escucha siempre la voz de su pueblo.
R. Escúchanos, Señor.
1. Por el Papa León y por todos los demás obispos, de manera especial, por nuestro pastor Monseñor Juan Vicente Córdoba, que celebra 21 años de ordenación episcopal, para que el Señor lo sostenga con su gracia y lo haga siempre un guía cercano y entregado a su rebaño que peregrina en la Diócesis de Fontibón. Roguemos al Señor.
2. Por quienes tienen responsabilidades en la vida pública, para que con honestidad y sabiduría busquen caminos que promuevan la justicia, la paz y el bien de todos, sin dejar de lado a los más frágiles. Roguemos al Señor.
3. Por todos los pueblos que sufren a causa de la guerra, de la violencia y del odio, para que encuentren apoyo en la solidaridad de otras naciones y no pierdan la esperanza en la construcción de un futuro de paz. Roguemos al Señor.
4. Por nuestra comunidad parroquial de N., para que unidos en la fe aprendamos a vivir con sencillez, compartiendo lo que somos y lo que tenemos, y dando testimonio de la alegría del Evangelio. Roguemos al Señor.
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