COMENTARIOS DEL DOMINGO 26 DEL TIEMPO ORDINARIO (JUBILEO DE LOS CATEQUISTAS)

COMENTARIO INICIAL

Hermanos y hermanas, sean bienvenidos a esta celebración del Día del Señor. Hoy nuestra comunidad se alegra de manera especial porque celebramos el jubileo de los catequistas, hombres y mujeres que, con su servicio generoso, nos ayudan a crecer en la fe y a caminar con Jesús. Demos gracias a Dios por su entrega y pidamos que esta Eucaristía renueve en todos nosotros el deseo de vivir lo que enseñamos y de anunciar con alegría el Evangelio. Con un corazón agradecido, dispongámonos a celebrar estos santos misterios.

COMENTARIO A LAS LECTURAS

La Palabra de Dios de este día nos habla de vivir abiertos a su gracia y atentos a los hermanos. En la primera lectura, el profeta Amós denuncia la vida cómoda de los que olvidan el sufrimiento de los demás. En el Evangelio, Jesús nos enseña con la parábola de rico y Lázaro que no podemos cerrar los ojos ante el hermano necesitado. Escuchemos con atención y dejemos que esta Palabra ilumine nuestro caminar.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Presidente: hermanos y hermanas, con fe y confianza elevemos nuestras súplicas al Padre, que escucha siempre la oración de sus hijos.

R// Escucha, Señor, nuestra oración.

1. Por el Papa León y por toda la Iglesia, para que el Espíritu Santo los sostenga en su misión de anunciar el Evangelio con fidelidad y valentía. Roguemos al Señor.
2. Por los gobernantes de las naciones, para que trabajen con rectitud y sabiduría, y busquen siempre la justicia y el bien común de todos. Roguemos al Señor.
3. Por los que sufren en el cuerpo o en el espíritu, para que, a través de la cercanía de los discípulos de Cristo, encuentren consuelo y esperanza en Él. Roguemos al Señor.
4. Por los catequistas que hoy celebran su jubileo, para que el Señor bendiga su entrega generosa y renueve en ellos cada día la alegría de servir en la transmisión de la fe. Roguemos al Señor.
5. Por todos los miembros de nuestra comunidad, para que fortalecidos en esta Eucaristía vivamos unidos en la fe, la esperanza y la caridad fraterna. Roguemos al Señor.

Presidente: Padre de bondad, escucha estas súplicas que con fe te presentamos y derrama tu gracia sobre nosotros, para que seamos testigos de tu amor en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.