COMENTARIOS DEL DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO

COMENTARIO INICIAL

Hermanos y hermanas, hoy venimos a encontrarnos con Jesús, que nos reúne como una gran familia. Somos diferentes en costumbres, colores y formas de hablar, pero todos somos amados por el mismo Dios. En este día recordamos el encuentro entre pueblos y culturas, y pedimos al Señor que nos ayude a vivir unidos, respetándonos y cuidándonos unos a otros. Dejemos que esta Eucaristía nos llene de alegría y nos enseñe a construir juntos una Colombia donde reine la paz, la solidaridad y el amor de Cristo.

COMENTARIO A LAS LECTURAS

Las lecturas de hoy nos muestran cómo Dios actúa en quienes se abren con fe a su amor. En la primera, Naamán descubre al verdadero Dios al dejarse curar con humildad. En la segunda, san Pablo invita a confiar en Cristo que, aun cuando somos débiles, permanece fiel. En el Evangelio, solo uno de los leprosos vuelve para dar gracias. Abramos el corazón para escuchar esta Palabra viva, eficaz y transformadora, que nos enamora de Cristo y nos enseña a reconocer con alegría su acción en nuestra vida.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Presidente: Hermanos y hermanas, con el corazón agradecido por el amor y la fidelidad del Señor, elevemos nuestras súplicas confiando en que Él escucha siempre a su pueblo.

Todos: Escúchanos, Señor.

1. Por el Papa León, para que el Espíritu Santo lo fortalezca en su servicio a la Iglesia y lo guíe en su misión de confirmar en la fe a todos los creyentes. Roguemos al Señor.
2. Por los gobernantes de nuestra nación y del mundo, para que promuevan la justicia, la paz y el respeto por la dignidad de cada persona. Roguemos al Señor.
3. Por quienes sufren en América Latina a causa de la pobreza, la violencia o la migración, para que encuentren consuelo y esperanza en la solidaridad de los hermanos. Roguemos al Señor.
4. Por la nueva evangelización en nuestro continente, para que, animados por el Espíritu, sepamos anunciar a Cristo con alegría y con obras de amor. Roguemos al Señor.
5. Por nuestra comunidad reunida en esta celebración, para que la Palabra escuchada y el Pan compartido fortalezcan nuestra fe y nos impulsen a vivir con gratitud y servicio. Roguemos al Señor.

Presidente: Padre bueno, que escuchas el clamor de tus hijos, acoge nuestras súplicas y haznos testigos de tu amor fiel en medio del mundo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.