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BOLETÍN INFORMATIVO. EDICIÓN 3.

 BOLETÍN INFORMATIVO

Conoce qué ocurre en la cotidianidad del seminario.

CUARESMA, ¿¡OTRA VEZ!?



El próximo 5 de marzo inicia la Cuaresma, un tiempo que muchos asocian con ayunos rigurosos, cantos litúrgicos más sobrios y, en general, con una especie de 'obligación' difícil de cumplir. Además, pensar en 40 días parece demasiado, como la invitación a la conversión, que suena distante en un mundo que favorece la inmediatez y el confort. Sin embargo, queremos proponerte una Cuaresma diferente, vivida con una actitud renovada, ya que no es un simple tiempo de restricciones, sino un camino de preparación para celebrar la Pascua del Señor con un corazón verdaderamente renovado.

Los tres pilares de la Cuaresma

La Iglesia nos propone tres pilares fundamentales para vivir este tiempo de gracia: el ayuno, la oración y la limosna. Pero, ¿qué significan realmente en nuestra vida cotidiana?

  • Ayuno: hacer espacio para Dios
Solemos pensar en el ayuno como la privación de alimentos, pero su significado va mucho más allá. Nuestra vida diaria está llena de preocupaciones, trabajos y distracciones. Si fuéramos una nevera, estaríamos tan abarrotados que no cabría nada más. El ayuno es, en el fondo, hacer espacio para Dios. ¿De qué debemos vaciarnos? De todo lo que nos aleja de Él: el egoísmo, la superficialidad, la autosuficiencia. No se trata solo de dejar de comer, sino de renunciar a lo que nos impide escuchar su voz y experimentar su amor.
  • Oración: alimentarnos de Dios
Cuando ayunamos, naturalmente sentimos hambre. Y esa hambre nos recuerda que necesitamos alimentarnos, pero no solo de pan, sino de Dios mismo. La oración es el alimento que nos nutre en este tiempo: nos llena de su amor, misericordia y esperanza. No basta con vaciarnos de lo innecesario, debemos llenarnos de su presencia. En la Cuaresma, esto significa volver a los sacramentos, meditar su Palabra y vivir momentos de silencio donde Él pueda hablarnos.
  • Limosna: amor en acción
Un corazón lleno de Dios no puede permanecer indiferente. Cuando Él habita en nosotros, su amor nos desborda y se traduce en gestos concretos de caridad. La limosna no es solo dar dinero; es dar tiempo, escucha, apoyo. Es salir de nuestro egoísmo y ver en el otro el rostro de Cristo. Ayunar y orar sin caridad es incompleto: si realmente dejamos que Cristo entre en nuestra vida, lo que brotará de nosotros será amor, justicia y fraternidad.

Una Cuaresma en clave de esperanza



El Papa Francisco, en su mensaje para la Cuaresma de este año, titulado Caminemos juntos en la esperanza, nos invita a vivir este tiempo con una actitud renovada, guiada por tres claves esenciales:

  1. Caminar:
    “El Jubileo nos recuerda que somos Peregrinos de esperanza. Como el pueblo de Israel en el Éxodo, estamos llamados a salir de la esclavitud del pecado y avanzar hacia la libertad que Dios nos ofrece. Pensemos en tantos migrantes que huyen de la miseria buscando una vida mejor. ¿Nos sentimos identificados con su lucha? ¿Nos damos cuenta de que nosotros también estamos en camino? ¿estamos avanzando en nuestra fe o nos hemos estancado? Escuchar sus historias puede ayudarnos a comprender mejor nuestro propio peregrinaje espiritual.”
  2. Caminar juntos:
    “Nadie se salva solo. El Papa nos recuerda que la Iglesia es sinodal, es decir, está llamada a caminar unida. El Espíritu nos impulsa a salir de nuestra comodidad y a acoger a los demás. La Cuaresma es un tiempo para revisar nuestras relaciones: ¿sabemos escuchar? ¿Sabemos construir unidad? ¿Somos conscientes de que, en la comunidad, todos tenemos un papel? No estamos llamados a ser meros espectadores, sino a ser protagonistas de una Iglesia que se abre a todos, sin excluir a nadie.”
  3. Esperanza:
    “El mensaje central del Jubileo es la esperanza que no defrauda (Rm 5,5). En tiempos de incertidumbre, el Papa nos invita a preguntarnos: ¿realmente confío en Dios y en su promesa de vida eterna? ¿O vivo como si todo dependiera solo de mí? La esperanza cristiana no es un simple optimismo, sino la certeza de que Cristo ha vencido la muerte y nos ofrece una vida plena en Él. Esta convicción nos impulsa a comprometernos con la justicia, la fraternidad y el cuidado de nuestra casa común, asegurándonos de que nadie quede atrás.”

Hacia una Pascua renovada

Así pues, hagamos que esta Cuaresma no sea solo un cumplimiento de normas o una tradición vacía. Vivámosla como un camino de transformación profunda, marcado por la esperanza, el amor y la alegría de saber que caminamos hacia la resurrección. Dejemos que Cristo nos renueve y hagamos de estos 40 días una verdadera preparación para vivir el misterio pascual. Porque cada día podemos resucitar con Él y avanzar con alegría hacia la vida nueva que nos promete.

UN NUEVO SACERDOTE PARA LA IGLESIA

El 1 de marzo, la catedral santiago apóstol fue el escenario de una significativa celebración eucarística, marcada por la ordenación sacerdotal de osben santiago pantorrilla, hijo de la caridad. En este emotivo evento, los seminaristas del seminario de la diócesis de fontibón estuvieron a cargo de la liturgia.

A la ceremonia asistieron los feligreses de la parroquia santa maría de la rivera, así como religiosas y religiosos de diversas comunidades. También estuvieron presentes autoridades diplomáticas, como el embajador de filipinas en colombia, la cónsul y otros representantes de la embajada.

Por su parte, monseñor juan vicente córdoba, obispo de la diócesis, en su homilía se refirió al llamado del señor, destacando que la vocación presbiteral no es un privilegio para ser servido, sino un servicio para el pueblo de dios. En sus palabras, hizo hincapié en la importancia de la humildad y el compromiso que implica el ministerio sacerdotal, invitando a julián yesid a vivir su vocación con generosidad y entrega. Además, evocó la importancia del caminar juntos, recordando que la iglesia no debe entenderse como una pirámide, sino como una comunidad circular, en la que cada uno vive su fe y aporta desde su vocación concreta.

Para los seminaristas, es importante participar en este tipo de eventos, ya que promueven la fraternidad y la unidad entre los seminaristas y las diversas comunidades de la diócesis, lo cual será fundamental en su futura misión.

Desde el seminario de la diócesis de fontibón, extendemos nuestras felicitaciones al padre osben pantorrilla, fc., deseándole un camino lleno de bendiciones en su servicio a la iglesia.

Por www.smsantiagoapostol.com

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